Esperemos que la imago, no sea solamente marketing.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
¡Cuidado con los ilusionistas!
Este es el rostro del hombre de la ilusión, visto a través de la ilusión del dibujo de MJ. Es el rostro de Barack Hussein Obama, el hombre que al unir el voto negro, latino y anglosajón, ha investido al mestizaje, de un honor hasta ahora semidesconocido. Al menos en su país. Cinco millones de voto popular (aún demasiado dividido), por encima de su antagonista republicano; 338 votos electorales contra 160 van a constituir un Congreso de Representantes espectacular y un Senado, al que no tendrá más remedio que consultar, van a dar a este hombre la posibilidad de mover los hilos de un nuevo orden. Cuando en diciembre empiece a mandar, o a desarrollar su proyectado programa, será sometido a exámenes macro y microscópicos...
Esperemos que la imago, no sea solamente marketing.
Esperemos que la imago, no sea solamente marketing.
viernes, 24 de octubre de 2008
¡Por Tutatis! ¡Por Snoopy!
Como diría Andrèa Chenier: In cotanta miseria la patrizia prole que fa... ¿Qué hace la ilustre leonesidad?, diría Paco Sopas. Yo diría que se ha vuelto proclive a tocar la gaita, que es de lo más gótico, empedrando nuevos senderos, con viejos adoquines.
A fuerza de escapiñar o escogollar el palabro autonómico hay que ver como esbaran. O escapullan.
Pero como todos tenemos derecho a tener en la cabeza una autonomía, una Insula Barataria, para hermosas damas y jubiletas no agonistas, yo Pedro Fierro Viejo, voy a promover desde hoy mismo la autonomía canario-leonesa.Una autonomía basada en el elemento común de la lucha agarrada. Abrazados los amistosos contendientes. Zanjando en el viril deporte, la positiva diferencia absoluta de carácter. Para León esta unión es mejor que la relación con Castilla, donde son igual de semovientes (o más, según PS), que nosotros. Además no tienen mar.
Acompaño dos proyectos de escudo, que dependerán de por dónde sople el viento en León. Ya se sabe: ¡Izquierda, derecha, un, dos...! Ambas descafeinadas.
Pedro Fierro Viejo
sábado, 30 de agosto de 2008
viernes, 29 de agosto de 2008
Semipenúltima noticia escandalosa
martes, 26 de agosto de 2008
Mirando al futuro...con ira
hemos reclamado al amigo Jular su posición sobre el olimpismo, etc.
Por toda respuesta nos ha enviado este Proyecto de cartel olímpico para Madrid 2016, que publicamos por si Gallardón, y el COE,
quieren cambiar otra vez la imagen del futuro.
P. F. V. y M. D. K.
Por toda respuesta nos ha enviado este Proyecto de cartel olímpico para Madrid 2016, que publicamos por si Gallardón, y el COE,
quieren cambiar otra vez la imagen del futuro.
P. F. V. y M. D. K.
Completados otros cinco círculos
Jeremíada profética,
por Paco Sopas Dajo
Ha finiquitado otra cita cuatrienal de ese “pestáculo”, que dicen olimpiadas. Se está disolviendo ya la pléyade de tontilocos, que acompañan al trascendental trasunto. Se apagarán los ecos, pero será “deficil” olvidar la chulería aulladora de la mayor parte de los escasos “winners” (o sea, ganadores, en english). Justa o injustamente triunfadores. Mordedores de metales, o no. Culposamente desarrollados, o no. Superprofesionales, o menos. En cualquier caso: pocos. (Y parió l’agüela...)
Más tardaremos en hacer desaparecer la pringosa imagen llorona de los perdedores, que, por cierto (y esto es una de las razones por las que los juegos me parecen abominables y poco democráticos) son legión. Están primero, los que han sido maltratados por la venalidad de jueces practicantes de impúdicos “nacionalismos de zona de influencia”. Ocurre en la mayoría de los deportes de contacto, pero también en disciplinas más “artísticas” como la gimnasia o la natación sincronizada. Después está la rumfla de perdedores por su propio miedo, por su mala preparación, por la incompetencia de su entrenamiento, por la macarrería festiva de su olimpismo. Tras ellos, la caterva solípeda de los federativos (bien amamantados) que pagan y eligen a los atletas. Le siguen los casposos domadores de imagen (de la caja tonta y del papel “pringao”) empeñados en maquillar resultados y carencias.
Mientras tanto los enriquecidos jayanes chotodiablescos, que manejan los hilos políticos, y fundamentalmente, económicos del asunto, pavonean sus grasas de nuevo (o viejo) cuño delante de la adicta, desamparada, humillada, muchedumbre.
Resentimientos aparte. Menos mal que “ha escomienzado” el football, que éste sí que es “demonicrático”. ¡Por los co... del Madríz!
Más tardaremos en hacer desaparecer la pringosa imagen llorona de los perdedores, que, por cierto (y esto es una de las razones por las que los juegos me parecen abominables y poco democráticos) son legión. Están primero, los que han sido maltratados por la venalidad de jueces practicantes de impúdicos “nacionalismos de zona de influencia”. Ocurre en la mayoría de los deportes de contacto, pero también en disciplinas más “artísticas” como la gimnasia o la natación sincronizada. Después está la rumfla de perdedores por su propio miedo, por su mala preparación, por la incompetencia de su entrenamiento, por la macarrería festiva de su olimpismo. Tras ellos, la caterva solípeda de los federativos (bien amamantados) que pagan y eligen a los atletas. Le siguen los casposos domadores de imagen (de la caja tonta y del papel “pringao”) empeñados en maquillar resultados y carencias.
Mientras tanto los enriquecidos jayanes chotodiablescos, que manejan los hilos políticos, y fundamentalmente, económicos del asunto, pavonean sus grasas de nuevo (o viejo) cuño delante de la adicta, desamparada, humillada, muchedumbre.
Resentimientos aparte. Menos mal que “ha escomienzado” el football, que éste sí que es “demonicrático”. ¡Por los co... del Madríz!
lunes, 11 de agosto de 2008
Juegos olímpicos, pero menos
Ceremonia inaugural.
Chinos y más chinos. Muchos más chinos y muchos chinos de más. Siempre pensé que las artesanías chinas tenían un peculiar toque “valenciano”: un especial gusto por el papel maché y la purpurina y los esmaltes dorados. Sus artes escénicas espacialistas, o no, siempre más cerca del circo volante y gimnástico, que de las poéticas mítico-reflexivas. Lo más logrado, por obra del anonimato de centenares de ejecutantes, movimientos geométricos y desplazamientos tridimensionales, a la manera de un gran tinglado de “Go”. En cuanto a la música, ni ellos mismos se aclaraban. Algunos de los músicos occidentales más o menos preclaros (Debussy, Puccini) han entrado de puntillas en las arcaicas escalas pentatónicas chinas para crear bellas cajitas de música o “chinoiseries” de alto standing como la ópera Turandot. (Parte de la “inspiración” espectacular de esta ópera era devuelta entre otras músicas occidentales menos interesantes –incluso profundamente pedorras- en la ceremonia de apertura de la olimpiada pekinesa, o beijinesa si os cuadra mejor). Entre tanta mixtura pudimos oir al joven pianista Lang Lang –la joya de la corona- haciendo estúpidos acordes a lo Liberace y también al “Bocelli” chino popeando a duo con una "Barbie", creo que británica. Aquello parecía, se asombren, lo que se asombren nuestros entusiastas comentaristas televisivos: cine musical barato. Al final, computadores aparte, trucos de especialista y una “nit del foc” semimediterránea.
Todo ello formaba parte del pastiche minimalista –mezcla de varias cocinas- que constituye, cada cuatro años, el publicitario, o mejor propagandista, comienzo de unos juegos deportivos, que dicen exaltar el olimpismo, pero cada vez son más “nacionalistas”. Por ende, a día de hoy, absolutamente peseteros y vergonzosamente profesionales.
Chinos y más chinos. Muchos más chinos y muchos chinos de más. Siempre pensé que las artesanías chinas tenían un peculiar toque “valenciano”: un especial gusto por el papel maché y la purpurina y los esmaltes dorados. Sus artes escénicas espacialistas, o no, siempre más cerca del circo volante y gimnástico, que de las poéticas mítico-reflexivas. Lo más logrado, por obra del anonimato de centenares de ejecutantes, movimientos geométricos y desplazamientos tridimensionales, a la manera de un gran tinglado de “Go”. En cuanto a la música, ni ellos mismos se aclaraban. Algunos de los músicos occidentales más o menos preclaros (Debussy, Puccini) han entrado de puntillas en las arcaicas escalas pentatónicas chinas para crear bellas cajitas de música o “chinoiseries” de alto standing como la ópera Turandot. (Parte de la “inspiración” espectacular de esta ópera era devuelta entre otras músicas occidentales menos interesantes –incluso profundamente pedorras- en la ceremonia de apertura de la olimpiada pekinesa, o beijinesa si os cuadra mejor). Entre tanta mixtura pudimos oir al joven pianista Lang Lang –la joya de la corona- haciendo estúpidos acordes a lo Liberace y también al “Bocelli” chino popeando a duo con una "Barbie", creo que británica. Aquello parecía, se asombren, lo que se asombren nuestros entusiastas comentaristas televisivos: cine musical barato. Al final, computadores aparte, trucos de especialista y una “nit del foc” semimediterránea.
Todo ello formaba parte del pastiche minimalista –mezcla de varias cocinas- que constituye, cada cuatro años, el publicitario, o mejor propagandista, comienzo de unos juegos deportivos, que dicen exaltar el olimpismo, pero cada vez son más “nacionalistas”. Por ende, a día de hoy, absolutamente peseteros y vergonzosamente profesionales.
martes, 15 de julio de 2008
jueves, 3 de julio de 2008
Señores dioses, ustedes primero
Están ustedes en su banquete veraniego. Lo ha contado Ovidio (43 a.C.–17 d.C.) en los Fasti,un largo poema, que narra los origenes de muchos ritos y festivales de la antigua Roma.
El banquete de los dioses, fué “tomado” al óleo sobre lienzo, cosa poco normal en 1514, por Giovanni Bellini, veneciano; y modificado hacia 1529, posiblemente por Tiziano.
Ovidio describe un banquete ofrecido por Baco, el dios del vino y menciona un incidente que avergonzó, o debería haberlo hecho, a Priapo, dios de la virilidad. La hermosa ninfa Lotis, que aparece aqui reclinada, en el extremo derecho, se adormece por los efectos del vino. Priapo, un violador encantador pero ventajista, lleno de lujuria, ve la oportunidad de aprovecharse de ella y se inclina para levantarle la falda.
Su intento fue frustrado porque un asno, representado a la izquierda, “con rebuzno estridente produjo trompetazo inoportuno. Al despertar, la ninfa sorprendida apartó de si a Priapo y el dios fue la burla de todos”.
Por no tocar la lira, los asnos pagaron la cuenta. Priapo, herido en su orgullo, se vengó pidiendo el sacrificio anual de un burro. El asno esta parado junto a Sileno, deidad de los montes, que utilizó la bestia para cargar leña. Sabemos que es Sileno por el pequeño barril, pendiente de la cintura y siempre lleno, que lo identifica como compañero de Baco, dios del vino. El mismo Baco, representado aquí por un niño, se arrodilla delante de ellos para decantar vino en una jarra de cristal.
En el cuadro, de izquierda a derecha, podemos ver a estas principales figuras: Sileno, dios de los montes, servido por su burro, para lo que quiera mandar. Baco, dios niño del vino, coronado con hojas de parra. Fauno o Silvano, viejo diosecillo de las selvas, con una corona de hojas de pino y, pese a Bellini, cara de cabrón.
Mercurio, el correveidile mensajero de los dioses con su caduceo o varilla de heraldo, descansando de su agotador oficio.
Al lado, Jupiter, rey de los dioses, acompañado solo por un águila (cosa extraña ya que le agradaban toda clase de metamorfosis eróticas), dándole fuertemente al néctar. Y ahora que lo pienso, el águila le ayudó a raptar al niño Ganímedes, a quien luego hizo su copero. ¡El muy pillín!
Una diosa no identificada –casi seguro Juno vigilando al adúltero Júpiter– con un membrillo en la mano, fruta que en el mundo antiguo se asociaba con el matrimonio. Pan, sátiro, con una corona de uvas, tocando su flauta, o sea la flauta de Pan.
Neptuno, dios del mar, sentado al lado de su tridente, meditando maldades con la ninfa de su derecha. Ceres, diosa de la agricultura, y protectora contra la plaga de topillos, con una corona de trigo.
Apolo, dios del Sol y de las Artes, coronado con laurel, sostiene un instrumento de cuerda del Renacimiento, la cítara lira da braccio, en lugar de una lira clásica. Una apuesta del voluble dios por los luthieros italianos.
Príapo, dios del machismo y los viñedos, con una hoz, colgada de un árbol, encima de su cabeza; herramienta usada para segar los huertos.Y Lotis,una de las náyades, ninfas de agua dulce, que representan la castidad y a la que no le hubiera venido mal la hoz.
A estas deidades les sirven tres náyades, ninfas de los ríos, lagos y fuentes, y tres sátiros, pobladores de los bosques, representados con patas de macho cabrío. En la distancia, en la montaña que agregara Tiziano al cuadro de Bellini, dos sátiros más retozan ebrios y un perro de caza persigue un ciervo.
MJS
El cartel de César Nùñez
Debo decir, para sorpresa mía, que la publicación en el blog del cartel de fiestas de León ha servido, para que tanto Manolo Jular, como yo misma, hayamos recibido toda suerte de opiniones y comentarios.
Mucha gente, que parece que lee poco, ha felicitado a Jular como si éste fuera el autor de la obra. También algún deslenguado (creyendo lo mismo) le ha escrito diciendo que era una kk,
Supongo que estas manifestadas percepciones tienen algo que ver con el mundo de las espirales de MJ, pero éste asegura (lo que para mí es obvio), que las espirales están libres de copyright, y que cada cual puede “espiralizarse”, a lo largo y a lo ancho, todo lo que quiera.
Dicho esto, seguimos creyendo (al César lo que es del César..) que el cartel es suficientemente eficaz y profesional. Y, naturalmente, que su autor es el astorgano -o maragato, si lo prefieren- César Núñez.
Mucha gente, que parece que lee poco, ha felicitado a Jular como si éste fuera el autor de la obra. También algún deslenguado (creyendo lo mismo) le ha escrito diciendo que era una kk,
Supongo que estas manifestadas percepciones tienen algo que ver con el mundo de las espirales de MJ, pero éste asegura (lo que para mí es obvio), que las espirales están libres de copyright, y que cada cual puede “espiralizarse”, a lo largo y a lo ancho, todo lo que quiera.
Dicho esto, seguimos creyendo (al César lo que es del César..) que el cartel es suficientemente eficaz y profesional. Y, naturalmente, que su autor es el astorgano -o maragato, si lo prefieren- César Núñez.
jueves, 19 de junio de 2008
miércoles, 4 de junio de 2008
Orfeo: “¡J’ai perdu mon Eurydice!“
Ahí qu’estuvimos otra vez en el Teatro de los Reyes, que siguen sin venir. Que ponían una del alemán ese, Cristóbal Uvedoble Gluck, que la hizo en italiano, pero la cantaban en francés. Por allí andaban también unos troyanos de León, y Marta, y Pedro y Toe y Manolo Jular dándose pisto d’enteraos. ¡Listos que son unos listos!
Total que la ópera (que se oía pero no se veía porqu’era in concert) la cantaba casi toda Juan Diego Flórez, un chico inca, que canta muy bien Estrellita y Granada; y que aquí trabajaba de Orfeo, que es un papel de chica, pero que lo hacía él. Por si no sabéis: Orfeo es un hijo del Apolo y de una de las musas, por eso cuando tocaba la lira (de oido) todos se serenaban, o se dormían. Bueno, pues el Orfeo taba’nrollao con la Eurídice (Eurydice en galo), qu’era guapa y hermosa de cachas, ¡pero más pesá!... Además era d’esas que no miran por donde pisan. Lo cual que la mordió una culebra y ¡hala, mortecina, pal valle del tío Josefo! (Que en esta ópera tan fina se llama el Erebo). Bueno, pues el Orfeo, que la echa de menos, va pallá a buscarla entre los aullidos de las “uménides” y el perro Cerbero. Y duerme a to dios a fuerza de lamentos y paque se calle van a devolverle la moza.
Pero el cabronazo de Jupiter (pa joder, que no hay dios que no sea un veneno) le pone la condición de que saque del infierno la mercancía, de matute, sin miraditas, sin arrumacos, sin besitos. Bien sabe el papá de los dioses cómo se las gasta la Eurídice. ¡Efectivywonder! La moza empieza uno de sus habituales numeritos. ¡Que si no me quieres, que si ya no te gusto, que si ya no me miras, que si ya no soy bella, que si estoy demasiado delgada...! (Perrea, perrea) Y el Orfeo, aguantando y tirando de ella pafuera. Y ella; ¡No me abrazas, no me besas, eres un traidor, para esto me has sacado de mi reposo...!
Y Juan Diego canta que canta y Orfeo, mudo, tira que tira. Y la Eurídice cada vez más pesá: ¡Eres un tirano, prefiero la muerte antes que volver contigo, y patatín y patatán...! Hasta que el infeliz tontuelo se vuelve a mirarla y ¡zaca! a la resucitada se le paraliza de nuevo la víscera.
En fin, como esta pieza debe terminar bien y el Orfeo se ha puesto a llorar otra vez, y el tenor peruano a cantar, los dioses premian la tenacidad de ambos resucitando de nuevo a la moza y devolviendo la pesada esposa al pobre Orfeo, “que el casamiento coligo, ya es suficiente castigo”, que diría don Pedro Muñoz Seca. Grandes ovaciones.
Salí meditando sobre la incongruencia de género y con las orejas llenas de notas. Después m’endilgué un lechazo en el Asador Real. Y pal pueblín.
Total que la ópera (que se oía pero no se veía porqu’era in concert) la cantaba casi toda Juan Diego Flórez, un chico inca, que canta muy bien Estrellita y Granada; y que aquí trabajaba de Orfeo, que es un papel de chica, pero que lo hacía él. Por si no sabéis: Orfeo es un hijo del Apolo y de una de las musas, por eso cuando tocaba la lira (de oido) todos se serenaban, o se dormían. Bueno, pues el Orfeo taba’nrollao con la Eurídice (Eurydice en galo), qu’era guapa y hermosa de cachas, ¡pero más pesá!... Además era d’esas que no miran por donde pisan. Lo cual que la mordió una culebra y ¡hala, mortecina, pal valle del tío Josefo! (Que en esta ópera tan fina se llama el Erebo). Bueno, pues el Orfeo, que la echa de menos, va pallá a buscarla entre los aullidos de las “uménides” y el perro Cerbero. Y duerme a to dios a fuerza de lamentos y paque se calle van a devolverle la moza.
Pero el cabronazo de Jupiter (pa joder, que no hay dios que no sea un veneno) le pone la condición de que saque del infierno la mercancía, de matute, sin miraditas, sin arrumacos, sin besitos. Bien sabe el papá de los dioses cómo se las gasta la Eurídice. ¡Efectivywonder! La moza empieza uno de sus habituales numeritos. ¡Que si no me quieres, que si ya no te gusto, que si ya no me miras, que si ya no soy bella, que si estoy demasiado delgada...! (Perrea, perrea) Y el Orfeo, aguantando y tirando de ella pafuera. Y ella; ¡No me abrazas, no me besas, eres un traidor, para esto me has sacado de mi reposo...!
Y Juan Diego canta que canta y Orfeo, mudo, tira que tira. Y la Eurídice cada vez más pesá: ¡Eres un tirano, prefiero la muerte antes que volver contigo, y patatín y patatán...! Hasta que el infeliz tontuelo se vuelve a mirarla y ¡zaca! a la resucitada se le paraliza de nuevo la víscera.
En fin, como esta pieza debe terminar bien y el Orfeo se ha puesto a llorar otra vez, y el tenor peruano a cantar, los dioses premian la tenacidad de ambos resucitando de nuevo a la moza y devolviendo la pesada esposa al pobre Orfeo, “que el casamiento coligo, ya es suficiente castigo”, que diría don Pedro Muñoz Seca. Grandes ovaciones.
Salí meditando sobre la incongruencia de género y con las orejas llenas de notas. Después m’endilgué un lechazo en el Asador Real. Y pal pueblín.
Paco Sopas Dajo
jueves, 29 de mayo de 2008
Juan Genovés, o la fidelidad al compromiso
Este sí es un protagonista al que apreciar
Como Manolo, como Paco, Pedro o Carlos (salvando las distancias), sigue siendo el magnífico zorrocotroco (en el más cariñoso de los sentidos posibles) que conocimos y tratamos hace una manta de años.
La "lucha" ha cambiado pero no el compromiso.
Juan Genovés hizo, prestando uno de sus cuadros, el cartel de 1968, lo hizo en el 1976 y lo ha hecho en el 2008. Y cuantas veces se le ha pedido: la lista sería mucho más larga que el comentario.
Y durante todos estos años su "militancia" (como su obra pictórica) ha estado siempre del mismo lado: pintando, influyendo, aconsejando u organizando a otros artistas. En medio de tanto centrocampista socialacróbata moviéndose hacia el mejor postor representa el mejor ejemplo de tozudez "revolucionaria", como artista y como "paisano".
Ello no le ha impedido construir una de las carreras artísticas más seguras y apreciadas de nuestro país. Ha tocado todos los palos de la gráfica, incluída la escultura. Su proyección en el extranjero -artista de la prestigiosa Galería Marlborough- es extraordinaria considerando el estilo caracterizadamente crítico del pintor. Juan es, ya, un "Grande de la pintura".
Y a juzgar por el tono (tipo dos Españas) de alguno de los comentarios de la entrada anterior conviene recordar esta imagen de reconciliación -El abrazo- que, en su momento, representó la amnistía. que reclamaban los clandestinos movimientos democráticos en la España ominosa del general Franco.
La "lucha" ha cambiado pero no el compromiso.
Juan Genovés hizo, prestando uno de sus cuadros, el cartel de 1968, lo hizo en el 1976 y lo ha hecho en el 2008. Y cuantas veces se le ha pedido: la lista sería mucho más larga que el comentario.
Y durante todos estos años su "militancia" (como su obra pictórica) ha estado siempre del mismo lado: pintando, influyendo, aconsejando u organizando a otros artistas. En medio de tanto centrocampista socialacróbata moviéndose hacia el mejor postor representa el mejor ejemplo de tozudez "revolucionaria", como artista y como "paisano".
Ello no le ha impedido construir una de las carreras artísticas más seguras y apreciadas de nuestro país. Ha tocado todos los palos de la gráfica, incluída la escultura. Su proyección en el extranjero -artista de la prestigiosa Galería Marlborough- es extraordinaria considerando el estilo caracterizadamente crítico del pintor. Juan es, ya, un "Grande de la pintura".
Y a juzgar por el tono (tipo dos Españas) de alguno de los comentarios de la entrada anterior conviene recordar esta imagen de reconciliación -El abrazo- que, en su momento, representó la amnistía. que reclamaban los clandestinos movimientos democráticos en la España ominosa del general Franco.
jueves, 22 de mayo de 2008
Raimon,en mayo de 1968
El 18 de mayo de 1968, el magnífico fotógrafo comunista Juan Santiso, que entonces trabajaba para el desaparecido Diario SP, tomaba estas fotografías en la Universidad madrileña. Cantaba el valenciano Raimon. Cuarenta años más tarde, Raimon lleva su música al mismo sitio. ¡Bendita sea la memoria histórica!
lunes, 19 de mayo de 2008
José Luis Casas, en la Galería Ármaga
Magnífico el trabajo de este artista leonés, que acaba de inaugurar en Ármaga, la galería de Asunción y Marga.
Inspirado y sutil, transforma los hallazgos telúricos en una suerte de recuerdos espaciales muy elegantes, aunque de gran fuerza. Fuerza que reside en la belleza de la elección dual, a veces trinitaria, de los materiales escogidos. También en el modo como el escultor rodea, o perfora el espacio, hacia dentro y fuera de la obra.
La foto de arriba (de 2007), obviamente no corresponde a la exposición pero, muestra como la obra de Casas funciona en el paisaje, con la misma naturalidad sin forzar, que poseen los elementos materiales en que está realizada.
Inspirado y sutil, transforma los hallazgos telúricos en una suerte de recuerdos espaciales muy elegantes, aunque de gran fuerza. Fuerza que reside en la belleza de la elección dual, a veces trinitaria, de los materiales escogidos. También en el modo como el escultor rodea, o perfora el espacio, hacia dentro y fuera de la obra.
La foto de arriba (de 2007), obviamente no corresponde a la exposición pero, muestra como la obra de Casas funciona en el paisaje, con la misma naturalidad sin forzar, que poseen los elementos materiales en que está realizada.
Manuel Jular
miércoles, 14 de mayo de 2008
Volvemos a la zona oscura del patriótico 1808
–Mejor estuviérates calladín ¡que te conozo!, díjome Marga cuando le conté que diba a meter baza en lo de las “celebraciones del 1808”. Pero l’afición a personajear entre los “putagonistas” de las historias m’impide el automutismo. ¡Bastante ha callao uno!... Dáse la cercustancia de que soy ganadero, casi honorario, de la UE y corresponsal, ya jubilado, de “los disastres de la guerra”, que diría el Goya. Ello m’hace inasequible al desaliento y encorrutible. De la pela y de dentro de la pelota, a otras partes no me encomiendo).
No vi a meter la napia: Que si el patriota castellano Duque del Infantado primero era de Fernando, luego de José Botella y aluego patriota insurgente. Que si el Morlaco* entregó Madriz. Que si el de las Torrijas era capaz de vestirse de monja para patriotear. Que si el monseñor Laodiceo queríacer d’España: “un inmenso sepulcro donde los cadáveres franceses y españoles amontonados enseñen a los siglos venideros tanto el heroísmo de los oprimidos como el castigo a sus opresores”.
Aquí hay tomate.
El Sire, de cimaderecha, bonachón, tontorrín (ni mejor ni peor que otros), estaba tan salido por la hora, como por las paisanas. Su genética era inmortal. T’á a la vista paquién quiera verlo. En la columna dal lao –y aquí vestido de sota– el segundo Sire, ñiño aún, torturaba bestiezuelas y animalillos de compaña. Mayorcín, quería ser califa en lugar de su papá califa. De mayor, habíasele formado una jeta felona y amamonada. Su mamá lo llamaba marrajo (¿tiburón o cerdo?). Ella sabría por qué al Carlos IV, de cara, se parecía poco.
Estos caballeros jugaban con cartas sucias (Oigo patria tu aflicción) contra otros tahures de igual calaña. Y el pueblo, pingajo o no, como siempre a rellenar la fosa. Le digo a usté, guardia…
Estos caballeros jugaban con cartas sucias (Oigo patria tu aflicción) contra otros tahures de igual calaña. Y el pueblo, pingajo o no, como siempre a rellenar la fosa. Le digo a usté, guardia…
n Paco Sopas Dajo
Unas notas por si acaso...
Parece que el del Infantado no tenía grandes conocimientos militares, pero sí un notable desprecio por la vida de sus patriotas. El de las Torrijas es fácil de adivinar. El Laodiceo debemos creer que se refiere al señor obispo de Sevilla, que lo era de Laodicea y formaba parte de la patriótica Junta Suprema de su sede. El Morlaco debe ser el general Tomás de Morla, de sinuoso y patriótico recorrido (desde estar en Bailén al lado de Castaños, hasta entregar Madrid pasándose al bando de José Bonaparte).
¿Y Murat, qué pinta aquí al lado Murat?
Murat, chulito galo tan patriota como homicida, aspirante también a rey, director en Madrid de la brutal represión de mayo, está aquí por guapo. Y de paso para demostrar que –comparado con Paco Goya– Paco Gerard, “le grande peintre de la France”, es un pintor adulador y perero. g P. F. V.
Parece que el del Infantado no tenía grandes conocimientos militares, pero sí un notable desprecio por la vida de sus patriotas. El de las Torrijas es fácil de adivinar. El Laodiceo debemos creer que se refiere al señor obispo de Sevilla, que lo era de Laodicea y formaba parte de la patriótica Junta Suprema de su sede. El Morlaco debe ser el general Tomás de Morla, de sinuoso y patriótico recorrido (desde estar en Bailén al lado de Castaños, hasta entregar Madrid pasándose al bando de José Bonaparte).
¿Y Murat, qué pinta aquí al lado Murat?
Murat, chulito galo tan patriota como homicida, aspirante también a rey, director en Madrid de la brutal represión de mayo, está aquí por guapo. Y de paso para demostrar que –comparado con Paco Goya– Paco Gerard, “le grande peintre de la France”, es un pintor adulador y perero. g P. F. V.
jueves, 8 de mayo de 2008
La palabra pintada (panfleto invitacional)
La Palabra Pintada es (habrá sido, será), simplemente; ni más ni menos que una muestra colectiva realizada con ocasión de la 3ª edición de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil “Leer León 08” y el patrocinio de la Fundación Leer León que recogerá en sala, Palacete Independencia del Centro Leonés de Arte, y en treinta mupis de la ciudad de León una panorámica amplia, diversa, y cronológicamente dilatada de los creadores castellano leoneses más significativos en el campo de la ilustración. Un potpurrí sibarítico y diletante, antologal, de individualidades y estilos: Cada ilustrador es un mundo y esta exposición una colección de láminas galácticas: una nebulosa de soles, estrellas y planetas a descubrir. Un universo creativo por explorar, un titileo de aislados destellos que se iluminarán en la noche de la ciudad, brillando con luz propia, vía láctea o laberinto que conducirá al curioso a las salas del decimonónico palacete del Centro Leonés de Arte, donde la mirada de la efigie catedralicia de Ramón y Cajal convertirá las estrellas en lepidópteros detenidos en su vuelo y pinchados en la pared para solaz y diversión de niños, jubilados y ociosos en general: Sic transit gloria mundi, que diría el clásico. Total que en la citada sala, en reunión tumultuosa y dándonos codazos por los canapés, seremos alguno más que las izas y rabizos (esto de la ilustración da sólo pa mal vivir) de las calles.
En conjunto y sin orden ni concierto, treinta y ocho ilustradores: Lo mejor de León y parte del extranjero somos, en esta ocasión y sin mejorar lo ausente: Manuel Jular, Amancio González, Bruno R. Armesto, Manolo Sierra, Félix de Agüero, Raquel Roldán, Luis F. Sanz, Noé Bermejo, Jonathan Notario, Mikbaro, Javier Zabala, Karlos Viuda, Diego Blanco, Toño Benavides, Gonzalez Macias, Blanca Amores, Noelia Oblanca, Silvia Prada, Gregori Saavedra, T. Mori, Manuel Gil, Máximo Tuja, Maria Luisa Torcida, Pablo Garcia, Modesto Llamas Gil, Alejandro Terán, Salvador Armesto Núñez, Jorge Barrientos, Enrique Lorenzana, Juan Carlos Mestre, Elena Iglesias, Fernando Ampudia, Ana Rodriguez, Juan Darien, Lolo, Carmen García y Graciela Fernández; siendo los autores de los textos serios Carlos Trigueros y Luis García Martínez. El promotor no inmobiliario de esta feria de las realidades es mi alter ego colectivo o multipolar, escueladepercusionesdeleón, cuyo banal curriculum nos ahorraremos. Se habrán dado cuenta uds. del inhabitual formato y sentido de lectura del catálogo que tienen entre manos, cuyo principal objeto, sentido o justificación no es otro que dar la nota y llamar la atención con el pobre pretexto de homenajear al manga, por un poner, y/o evitarnos, de paso, la censura y maldición de los ulemas; y hacer evidente (aún más si cabe) que el mundo de la ilustración es comunicación universal, ommipresente, necesaria, lúcida y antidogmática y arbitraria ¿Hay quién de mas? Pasen y vean.
En conjunto y sin orden ni concierto, treinta y ocho ilustradores: Lo mejor de León y parte del extranjero somos, en esta ocasión y sin mejorar lo ausente: Manuel Jular, Amancio González, Bruno R. Armesto, Manolo Sierra, Félix de Agüero, Raquel Roldán, Luis F. Sanz, Noé Bermejo, Jonathan Notario, Mikbaro, Javier Zabala, Karlos Viuda, Diego Blanco, Toño Benavides, Gonzalez Macias, Blanca Amores, Noelia Oblanca, Silvia Prada, Gregori Saavedra, T. Mori, Manuel Gil, Máximo Tuja, Maria Luisa Torcida, Pablo Garcia, Modesto Llamas Gil, Alejandro Terán, Salvador Armesto Núñez, Jorge Barrientos, Enrique Lorenzana, Juan Carlos Mestre, Elena Iglesias, Fernando Ampudia, Ana Rodriguez, Juan Darien, Lolo, Carmen García y Graciela Fernández; siendo los autores de los textos serios Carlos Trigueros y Luis García Martínez. El promotor no inmobiliario de esta feria de las realidades es mi alter ego colectivo o multipolar, escueladepercusionesdeleón, cuyo banal curriculum nos ahorraremos. Se habrán dado cuenta uds. del inhabitual formato y sentido de lectura del catálogo que tienen entre manos, cuyo principal objeto, sentido o justificación no es otro que dar la nota y llamar la atención con el pobre pretexto de homenajear al manga, por un poner, y/o evitarnos, de paso, la censura y maldición de los ulemas; y hacer evidente (aún más si cabe) que el mundo de la ilustración es comunicación universal, ommipresente, necesaria, lúcida y antidogmática y arbitraria ¿Hay quién de mas? Pasen y vean.
Salvador Armesto Núñez/escueladepercusionesdeleón
miércoles, 7 de mayo de 2008
SEGUIMOS EN LA ZONA OSCURA (3)
Patriótico, patriota, etc… Estas palabras ya me han cansado. De ahora en adelante las ponen ustedes donde les guste. Cito:
El Dos de Mayo de 1808 no fue la rebelión del Estado español contra los franceses, sino la del pueblo español contra el ocupante tolerado (por indiferencia, miedo o interés) por gran cantidad de miembros de la Administración. De hecho, la entrada de las tropas francesas se había hecho legalmente, al amparo del Tratado de Fontainebleau (27 de octubre de 1807), cuyos límites sin embargo pronto vulneraron, excediendo el cupo permitido y ocupando plazas que no estaban en camino hacia Portugal, su supuesto objetivo..
La represión fue cruel. Murat, que tenía en Madrid cerca de 30.000 hombres (30.000), aplacado el levantamiento, controló la administración y el ejército español; aplicó un riguroso castigo a los rebeldes para escarmiento de todos los españoles; y afirmó que era él quien gobernaba España. La tarde del 2 de mayo firmó un decreto (en el que, entre otras cosillas, responsabilizaba a los amos del papel que hubieran jugado en la rebelión sus sirvientes y a los superiores, o rectores, de la actitud de los monjes y legos de los conventos) y creó una comisión militar, presidida por el general Grouchy para “arcabucear a todos cuantos durante la rebelión han sido presos con armas".
El patriótico –esta vez no he podido resistirme– Consejo de Castilla publicó una proclama en la que declaró ilícita cualquier reunión en sitios públicos y ordenó la entrega de todas las armas, blancas o de fuego.
Militares españoles colaboraron con Grouchy* (un chusquero) en la comisión militar. Las clases pudientes preferían el triunfo de las armas de Murat antes que el de los patriotas de las clases populares. ¿Les suena esto a algo conocido?
En el Salón del Prado y en los campos de La Moncloa se fusiló a centenares de patriotas madrileños. Quizá unos mil españoles perdieron la vida en el levantamiento y los fusilamientos subsiguientes.
La represión fue cruel. Murat, que tenía en Madrid cerca de 30.000 hombres (30.000), aplacado el levantamiento, controló la administración y el ejército español; aplicó un riguroso castigo a los rebeldes para escarmiento de todos los españoles; y afirmó que era él quien gobernaba España. La tarde del 2 de mayo firmó un decreto (en el que, entre otras cosillas, responsabilizaba a los amos del papel que hubieran jugado en la rebelión sus sirvientes y a los superiores, o rectores, de la actitud de los monjes y legos de los conventos) y creó una comisión militar, presidida por el general Grouchy para “arcabucear a todos cuantos durante la rebelión han sido presos con armas".
El patriótico –esta vez no he podido resistirme– Consejo de Castilla publicó una proclama en la que declaró ilícita cualquier reunión en sitios públicos y ordenó la entrega de todas las armas, blancas o de fuego.
Militares españoles colaboraron con Grouchy* (un chusquero) en la comisión militar. Las clases pudientes preferían el triunfo de las armas de Murat antes que el de los patriotas de las clases populares. ¿Les suena esto a algo conocido?
En el Salón del Prado y en los campos de La Moncloa se fusiló a centenares de patriotas madrileños. Quizá unos mil españoles perdieron la vida en el levantamiento y los fusilamientos subsiguientes.
Arriba, y a la izquierda de estas líneas, la represión está retratada por Don Paco Goya, el genial baturro ilustrado.
Pedro Fierro Viejo
Grouchy*. Este caballero chusquero (tan activo en España) estuvo en casi todas las campañas napoleónicas. Protagonizaría el 17 y 18 de junio de 1815, siete años más tarde, una infumable e inútil acción bélica, persiguiendo, sin encontrarlo a tiempo, al ejército prusiano del general Von Blucher. Ello permitió al alemán reforzar las gastadas fuerzas de Wellington y masacrar a la Grande Armée de Napoleón en Waterloo. Dios le guarda en el limbo de los incompetentes.
lunes, 5 de mayo de 2008
CAER EN LA ZONA OSCURA DEL PATRIOTISMO (1)
Complicado asunto este del patriotismo. Especialmente cuando se mezcla con la necrofilia torturadora y sus dos acompañantes favoritos: la venganza y el martirio.
Veamos: En un momento de temerosa ingenuidad, el patriota Carlos IV de España, pide ayuda y mediación al patriota Napoleón (a la sazón emperador de los patriotas franceses). Se la pide, porque el patriota heredero de la corona, Fernando VII (el narizotas, el deseado, el traidor…) le está moviendo la silla real con patrióticos malos modos.
La mediación la convierte El Águila de Francia, que tiene mucha patriótica familia que colocar, en un gambito de rey. Así, y por todas esas patrióticas razones, llega a Madriz José Bonaparte, al que los habituales pispos, clérigos zotes, desabusados y abusadores patriotas madrileños, llamarán Pepe Botella. El asunto se hace insostenible hasta el homicidio colectivo (que algunos llaman heroico) y un patriota sordo, maño, “afrancesado”, pero objetivo y pintor por más señas, Paco Goya, lo retrata en el cuadro de arriba: La carga de los mamelucos. Patriotas montados. Patriotas a pié. Homicidas.
La mediación la convierte El Águila de Francia, que tiene mucha patriótica familia que colocar, en un gambito de rey. Así, y por todas esas patrióticas razones, llega a Madriz José Bonaparte, al que los habituales pispos, clérigos zotes, desabusados y abusadores patriotas madrileños, llamarán Pepe Botella. El asunto se hace insostenible hasta el homicidio colectivo (que algunos llaman heroico) y un patriota sordo, maño, “afrancesado”, pero objetivo y pintor por más señas, Paco Goya, lo retrata en el cuadro de arriba: La carga de los mamelucos. Patriotas montados. Patriotas a pié. Homicidas.
CAER EN LA ZONA OSCURA DEL PATRIOTISMO (2)
Sí señor. Complicado asunto este del patriotismo. Porque, ¿No es patriota esta carne de cañón del empingorotado Murat, estos mamelucos exiliados de su tierra natal en busca de gallinas y mujeres?
¿No es patriota este caballero francés, que degüella de izquierda a derecha? ¿Un segundón de la nobleza cuyos padres cayeron en la guillotina? ¿Un maquerau como los de abajo en busca de gloire y fortuna?
La patriótica resistencia al avance francés, que sólo fue relativamente eficaz, en la Puerta de Toledo, la Puerta del Sol y el Parque de Artillería de Monteleón, permitió al patriótico Murat someter a Madrid bajo la jurisdicción militar. Puso bajo sus órdenes a la patriótica Junta de Gobierno y trató a los madrileños como rebeldes... Acuchillamientos, degollamientos, detenciones... Mamelucos y lanceros napoleónicos (patrióticos polacos) extremaron su patriotismo. Cientos de hombres y mujeres, entre ellas MANUELA MALASAÑA y CLARA DEL REY, (también muchos soldados franceses) murieron en estas refriegas.
¿No es patriota este caballero francés, que degüella de izquierda a derecha? ¿Un segundón de la nobleza cuyos padres cayeron en la guillotina? ¿Un maquerau como los de abajo en busca de gloire y fortuna?
La patriótica resistencia al avance francés, que sólo fue relativamente eficaz, en la Puerta de Toledo, la Puerta del Sol y el Parque de Artillería de Monteleón, permitió al patriótico Murat someter a Madrid bajo la jurisdicción militar. Puso bajo sus órdenes a la patriótica Junta de Gobierno y trató a los madrileños como rebeldes... Acuchillamientos, degollamientos, detenciones... Mamelucos y lanceros napoleónicos (patrióticos polacos) extremaron su patriotismo. Cientos de hombres y mujeres, entre ellas MANUELA MALASAÑA y CLARA DEL REY, (también muchos soldados franceses) murieron en estas refriegas.
Pedro Fierro Viejo
jueves, 1 de mayo de 2008
viernes, 18 de abril de 2008
domingo, 13 de abril de 2008
14 de abril: la vieja canción
Una vez más, un año más el viejo sueño, la vieja canción de la verdadera y genuina libertad. La fecha sagrada de la aventura hispana que abortó sangrientamente un general traidor, acompañado de banqueros y sotanas, y también de gran parte de un pueblo ciego e incivil. Tenemos derecho a desear una forma de gobierno republicana. Otros paises lo son. Pero pasemos en espiral hacia adelante. Que el río eterno fluya sin repetir la cruel historia.
Pedro Fierro Viejo
jueves, 3 de abril de 2008
Recibimos carta de JM Merino
Caros Manolo / Marta,
me ha encantado encontrarme cantando en los Maristas ante la batuta segura del gran maestro Bieito... Pero también me he recordado en el Emperador, contemplándote mientras fascinabas al público con tus saltos, piruetas y risotadas -gorro de cascabeles incluido- mientras servías, creo, de narrador implícito -que dirían ahora-en un espectacular y pre-spilbergiano montaje de "Caperuza Azul" -¡hay que ver cómo estaban los tiempos!:
"caperuza azul, caperuza azul,
se la comió el looooobo"
cantaba el coro, con tono lastimero. Ojalá.
Que conste que aquella actuación tuya fue uno de los mitos imperecederos en mi casa familiar...
En fin, que se agradece la cariñosa referencia...
Abrazos, José María
me ha encantado encontrarme cantando en los Maristas ante la batuta segura del gran maestro Bieito... Pero también me he recordado en el Emperador, contemplándote mientras fascinabas al público con tus saltos, piruetas y risotadas -gorro de cascabeles incluido- mientras servías, creo, de narrador implícito -que dirían ahora-en un espectacular y pre-spilbergiano montaje de "Caperuza Azul" -¡hay que ver cómo estaban los tiempos!:
"caperuza azul, caperuza azul,
se la comió el looooobo"
cantaba el coro, con tono lastimero. Ojalá.
Que conste que aquella actuación tuya fue uno de los mitos imperecederos en mi casa familiar...
En fin, que se agradece la cariñosa referencia...
Abrazos, José María
martes, 1 de abril de 2008
José María Merino, Ilmo. Sr.
–¡A la “m”, le han dado la “m”!. Llegaba Jular al Húmedo, entre alborozado y aterido. –¿A quién han mandado a la mierda?, pregunté yo, inocente y temiéndome lo peor.
–¡A la “m”, al sillón “m” de la Academia...! ¡Han elegido a Merino, para la Academia!
–¡A la “m”, al sillón “m” de la Academia...! ¡Han elegido a Merino, para la Academia!
–¡Tas tonta, tu!. soltó el insoportable Paco Sopas, que se me había pegado sin piedad, mientras yo esperaba a los chicos.
–Yo conocí a Josemari Merino, cuando hacía cosas más interesantes que entrar en la Academia. Cantaba en el coro de los Maristas, que dirigía el inefable maestro Vieito, y nos escribía poesías y cuentines a las niñas y aunque él no se acuerde de mí era uno de mis ídolos. Él y otro, un poco siniestro, al que llamaban “Poe”, que luego fué abogado rojo. Y cómo no, abogado en el TOP de Manolo Jular. Que, por cierto, también cantaba en el coro, pero yo entonces no me había fijado en él.
–Bueno, bueno (dijo Pedro entrando). –Te vas a ahogar, si entras en los recuerdos endogámicos de la prehistoria democrática. ¡Va a pensar la gente que el coro de los Maristas eran la Juventudes Comunistas de León!
Y así nos enrollamos, vaso a vaso, copa a copa, tapa a tapa, engolfados en una carrera literaria que empezó en la poesía (1972: Sitio de Tarifa). siguió en la prima novela (1976: Andrés Choz), y después, lo inenarrable, fantástica narrativa multidisciplinar, cuentos largos, medianos y “nanocuentos”, historia y metaficción (para mayores y pequeñitos). Y premios literarios. Y más libros. Intramuros, entre ellos. A la vez, el superviviente trabajo cotidiano en el Ministerio de Educación, o del nombre que recibiera de cada “inteligente” ministro de turno. –Fue director general del Centro de las Letras en el Ministerio de Cultura, bajo la pezuña de Semprún (de 1986 a 1989), dijo Paco Sopas. –¡Y el único osado dimisionario por incompatibilidad con su “señorito” que yo recuerdo, saltó Manolo Jular, siempre tan suyo. –Por cierto, con Merino son ya cuatro los leoneses académicos. Intervino mi Pedro Fierro, que no tiene remedio. Yo, que tenía un día sentimental, me quedé sin preguntarle cuantos escritores leoneses harían falta para cambiar una Academia llena de carrozones, panpringaos y (gracias, Josemari) cegaratos. Una, a veces, es muy de casa.
–Yo conocí a Josemari Merino, cuando hacía cosas más interesantes que entrar en la Academia. Cantaba en el coro de los Maristas, que dirigía el inefable maestro Vieito, y nos escribía poesías y cuentines a las niñas y aunque él no se acuerde de mí era uno de mis ídolos. Él y otro, un poco siniestro, al que llamaban “Poe”, que luego fué abogado rojo. Y cómo no, abogado en el TOP de Manolo Jular. Que, por cierto, también cantaba en el coro, pero yo entonces no me había fijado en él.
–Bueno, bueno (dijo Pedro entrando). –Te vas a ahogar, si entras en los recuerdos endogámicos de la prehistoria democrática. ¡Va a pensar la gente que el coro de los Maristas eran la Juventudes Comunistas de León!
Y así nos enrollamos, vaso a vaso, copa a copa, tapa a tapa, engolfados en una carrera literaria que empezó en la poesía (1972: Sitio de Tarifa). siguió en la prima novela (1976: Andrés Choz), y después, lo inenarrable, fantástica narrativa multidisciplinar, cuentos largos, medianos y “nanocuentos”, historia y metaficción (para mayores y pequeñitos). Y premios literarios. Y más libros. Intramuros, entre ellos. A la vez, el superviviente trabajo cotidiano en el Ministerio de Educación, o del nombre que recibiera de cada “inteligente” ministro de turno. –Fue director general del Centro de las Letras en el Ministerio de Cultura, bajo la pezuña de Semprún (de 1986 a 1989), dijo Paco Sopas. –¡Y el único osado dimisionario por incompatibilidad con su “señorito” que yo recuerdo, saltó Manolo Jular, siempre tan suyo. –Por cierto, con Merino son ya cuatro los leoneses académicos. Intervino mi Pedro Fierro, que no tiene remedio. Yo, que tenía un día sentimental, me quedé sin preguntarle cuantos escritores leoneses harían falta para cambiar una Academia llena de carrozones, panpringaos y (gracias, Josemari) cegaratos. Una, a veces, es muy de casa.
Marta Delgado de Klee
martes, 25 de marzo de 2008
Alejandro Sáenz de Miera, pintor
"A Saco" (Universos Invertidos)
en el bar MISERIAS de la calle Álvaro López Núñez, 23. LEÓN
Traigo aquí a este tío, que pinta un huevo de bien -Manolo Jular dixit-, porque me gusta lo que hace y por qué lo hace. Y, aunque se haya arropado en un texto de Paul Valery ("Piezas sobre arte"), que levantaría ampollas entre los vagos y los inútiles, si estos pudieran entender lo que Valery, y por ende, Alejandro, quieren decir, le deseo toda la suerte y el reconocimiento que su trabajo merece.
en el bar MISERIAS de la calle Álvaro López Núñez, 23. LEÓN
Traigo aquí a este tío, que pinta un huevo de bien -Manolo Jular dixit-, porque me gusta lo que hace y por qué lo hace. Y, aunque se haya arropado en un texto de Paul Valery ("Piezas sobre arte"), que levantaría ampollas entre los vagos y los inútiles, si estos pudieran entender lo que Valery, y por ende, Alejandro, quieren decir, le deseo toda la suerte y el reconocimiento que su trabajo merece.
miércoles, 19 de marzo de 2008
C’EST ÇA, LA PEINTURE?
La voilà: Aquí la tenéis, miradla. Yo la conocí hace ya muchos años. Cuando empezaba. Entonces era fuerte, a su manera. Es decir: Su materia era táctil, espesa, sensual. Su color se agarraba a los ojos.
Yo fui espectadora del drama de su nacimiento. A veces fue trilobites, roca, pizarra emborronada de formas que emergían. También fue vegetal: árbol, cactus, arbusto. Y pared llena de iconos animales. Y al fin, huella de manos bien humanas, manos del hombre primitivo que firma el mundo. Iluso. Y luego el cuerpo, el cuerpo humano: hombre, mujer, mujer de nuevo, sexo, pecho, caderas, vientre, vientre sobre todo, vientre maternal bajo rostro infantil apenas esbozado.
Picasso no logró contagiarla de su implacable alegría. Viejo sabio invencible. El Pintor y su Musa a los 90. Su sardónica risa aún nos abruma.
Fue política en fin, como debía ser. Como correspondía: uniformes, rostros ceñudos y amenazadores, todos tercamente iguales, porras, barrotes, gritos. Dolor. Sonaba Verdi, hermoso anciano Verdi bienamado. ¡Cuánto le amamos! También sonó Beethoven. Y Schoemberg. Y Stravinski. Y Berio y Pierre Boulez. Y Luis de Pablo. Y antes: Béla Bártok.
Y después el silencio. Dejé de verla. A veces la olvidé por un instante. Pero estaba en mi piel, en mi tacto. En mi vista. Era humana. Y, como tal: sucia, viscosa, pesada. Insoslayable.
Ahora aparece así: estilizada, desnuda casi. Suena Mahler.
Miradla bien de frente. Cabezas inocentes han rodado hasta alcanzar esta difícil desnudez, esta desolación. La belleza es así: se cobra un alto precio para dejarnos ver el mundo desde el otro lado del espejo. ¿Será esto, al fin? Miradla bien. Haceos fuertes. No os hagáis preguntas. No hay respuesta. No hacen falta. Lo que tenéis delante es ya por fin pintura. Sólo pintura. Nada más que pintura. TODO PINTURA.
Pero desconfiad. Eso es sólo apariencia. Lo único que os pide esta pintura es que no os hagáis contemplativos. Resistid. No seáis sumisos. Buscad en la aparente serenidad de esta belleza casi abstracta. Encontraréis sin duda el daño, el dolor, el miedo, la añoranza. Las palabras que buscan su camino ciegamente para contaros una historia, a cada uno de vosotros. Un lenguaje cifrado para un destinatario único: Tú. Para contarte una historia humana hecha de abandono y búsqueda.
Yo fui espectadora del drama de su nacimiento. A veces fue trilobites, roca, pizarra emborronada de formas que emergían. También fue vegetal: árbol, cactus, arbusto. Y pared llena de iconos animales. Y al fin, huella de manos bien humanas, manos del hombre primitivo que firma el mundo. Iluso. Y luego el cuerpo, el cuerpo humano: hombre, mujer, mujer de nuevo, sexo, pecho, caderas, vientre, vientre sobre todo, vientre maternal bajo rostro infantil apenas esbozado.
Picasso no logró contagiarla de su implacable alegría. Viejo sabio invencible. El Pintor y su Musa a los 90. Su sardónica risa aún nos abruma.
Fue política en fin, como debía ser. Como correspondía: uniformes, rostros ceñudos y amenazadores, todos tercamente iguales, porras, barrotes, gritos. Dolor. Sonaba Verdi, hermoso anciano Verdi bienamado. ¡Cuánto le amamos! También sonó Beethoven. Y Schoemberg. Y Stravinski. Y Berio y Pierre Boulez. Y Luis de Pablo. Y antes: Béla Bártok.
Y después el silencio. Dejé de verla. A veces la olvidé por un instante. Pero estaba en mi piel, en mi tacto. En mi vista. Era humana. Y, como tal: sucia, viscosa, pesada. Insoslayable.
Ahora aparece así: estilizada, desnuda casi. Suena Mahler.
Miradla bien de frente. Cabezas inocentes han rodado hasta alcanzar esta difícil desnudez, esta desolación. La belleza es así: se cobra un alto precio para dejarnos ver el mundo desde el otro lado del espejo. ¿Será esto, al fin? Miradla bien. Haceos fuertes. No os hagáis preguntas. No hay respuesta. No hacen falta. Lo que tenéis delante es ya por fin pintura. Sólo pintura. Nada más que pintura. TODO PINTURA.
Pero desconfiad. Eso es sólo apariencia. Lo único que os pide esta pintura es que no os hagáis contemplativos. Resistid. No seáis sumisos. Buscad en la aparente serenidad de esta belleza casi abstracta. Encontraréis sin duda el daño, el dolor, el miedo, la añoranza. Las palabras que buscan su camino ciegamente para contaros una historia, a cada uno de vosotros. Un lenguaje cifrado para un destinatario único: Tú. Para contarte una historia humana hecha de abandono y búsqueda.
n Maribel Pérez-Alfaro
martes, 18 de marzo de 2008
LA ÚLTIMA CENA, pintada por Tintoretto
No estamos haciendo historia, ni mucho menos cronologías. Estamos ante un convite de cierta importancia. Dentro del rito de la comida hay tiempo para la vanidad y desenfreno de los hombres. O para la crueldad del mamífero superior con sus semejantes. O para desgranar la gran fraternidad. ¡Chi lo sa!...
El autor de estas líneas cree que no cree, pero puede que no creyendo, crea. Esto que podría ser una paradoja chestertoniana, es una confesión de perplejidad: Supuestos 500 años después de la supuesta victimación de Sócrates, condenado a la supuesta cicuta por sus supuestos conciudadanos, el supuesto dios de guardia va a poner a su supuesto hijo en las manos sedientas de sangre de su supuesto pueblo elegido.
Veamos el supuesto último: Un joven hombre adulto, al que en los últimos días el pueblo ha seguido con relativo entusiasmo, tras acelerados avatares, va a ser detenido, torturado y crucificado ante sus seguidores... ¡Por ese mismo pueblo tornadizo que, ahora, le odia!
Antes celebra una cena con sus íntimos, que tiene el color de las despedidas. Entre el ahora estoy, pero luego no estaré; Los compañeros de cena de este hombre iluminado, atónitos, le han oído decir mientras les ofrecía el pan y el vino: “Tomad y comed, esto es mi cuerpo”... “Tomad y bebed, esto es mi sangre”... Juan, el casi hermano, se ha estremecido ante la transustanciación del amigo en alimento de vida eterna.
Lo más extraño, si cabe, es que Jesús parece instaurarlo, sólo, como una costumbre diciendo a los que con él están: “Haced esto en memoria mía”. Memoria versus interpretación literal. Lo han contado para el mundo cuatro hombres, que fueron llamados evangelistas, aunque tres de ellos no estaban allí. Eso sí, como cuando Sócrates, se despide una víctima. Asunto de fe. Este banquete marcará a fuego toda la cultura de Occidente.
Pero sobre todo, este banquete ha sido pintado, genialmente pintado.
Esta agitación de rostros bellamente populares, estas luces de dentro a fuera, este movimiento de gran ópera fué pintado (1592-94) por el Tintoretto, "el cerebro más terrible (Vasari lo ha dicho), que haya tenido nunca la pintura". Esta maravilla es uno de sus cuadros para la iglesia de San Giorgio Maggiore, en Venecia. La última cena, la última gran obra. El anciano pintor ha necesitado una tela de 3,65 m de alto y 5,68 m de ancho.
Una taberna sombría y popular. La escena dramáticamente distorsionada. Las figuras humanas –campesinos, pescadores, (pecador@s)– abrumadas por la aparición de seres fantásticos. Es un poltergeist de ángeles y palabras, donde las aureolas de los santos aportan luces extrañamente desiguales que subrayan detalles incongruentes. Sobre los comensales, una lampara inenarrable, cuelga del cielo como un Grial, protegido por ángeles giróvagos.
Pero no es el Grial, porque Jesús el nazareno (que esta vez, sí ha sido pintado en el centro de la instantánea), lo tiene debajo de sí y en sí mismo, mientras ofrece a uno de sus compañeros, luego apóstoles, un pedazo de pan pascual. Algunos de los que están en la cena le han oído decir mientras les ofrecía el pan y el vino: “Tomad y comed, esto es mi cuerpo”...
No todos le han oído claramente. A la derecha, como yo, unos atareados sirvientes siguen su propio ballet. Lo dicho: Asunto de fe.
Veamos el supuesto último: Un joven hombre adulto, al que en los últimos días el pueblo ha seguido con relativo entusiasmo, tras acelerados avatares, va a ser detenido, torturado y crucificado ante sus seguidores... ¡Por ese mismo pueblo tornadizo que, ahora, le odia!
Antes celebra una cena con sus íntimos, que tiene el color de las despedidas. Entre el ahora estoy, pero luego no estaré; Los compañeros de cena de este hombre iluminado, atónitos, le han oído decir mientras les ofrecía el pan y el vino: “Tomad y comed, esto es mi cuerpo”... “Tomad y bebed, esto es mi sangre”... Juan, el casi hermano, se ha estremecido ante la transustanciación del amigo en alimento de vida eterna.
Lo más extraño, si cabe, es que Jesús parece instaurarlo, sólo, como una costumbre diciendo a los que con él están: “Haced esto en memoria mía”. Memoria versus interpretación literal. Lo han contado para el mundo cuatro hombres, que fueron llamados evangelistas, aunque tres de ellos no estaban allí. Eso sí, como cuando Sócrates, se despide una víctima. Asunto de fe. Este banquete marcará a fuego toda la cultura de Occidente.
Pero sobre todo, este banquete ha sido pintado, genialmente pintado.
Esta agitación de rostros bellamente populares, estas luces de dentro a fuera, este movimiento de gran ópera fué pintado (1592-94) por el Tintoretto, "el cerebro más terrible (Vasari lo ha dicho), que haya tenido nunca la pintura". Esta maravilla es uno de sus cuadros para la iglesia de San Giorgio Maggiore, en Venecia. La última cena, la última gran obra. El anciano pintor ha necesitado una tela de 3,65 m de alto y 5,68 m de ancho.
Una taberna sombría y popular. La escena dramáticamente distorsionada. Las figuras humanas –campesinos, pescadores, (pecador@s)– abrumadas por la aparición de seres fantásticos. Es un poltergeist de ángeles y palabras, donde las aureolas de los santos aportan luces extrañamente desiguales que subrayan detalles incongruentes. Sobre los comensales, una lampara inenarrable, cuelga del cielo como un Grial, protegido por ángeles giróvagos.
Pero no es el Grial, porque Jesús el nazareno (que esta vez, sí ha sido pintado en el centro de la instantánea), lo tiene debajo de sí y en sí mismo, mientras ofrece a uno de sus compañeros, luego apóstoles, un pedazo de pan pascual. Algunos de los que están en la cena le han oído decir mientras les ofrecía el pan y el vino: “Tomad y comed, esto es mi cuerpo”...
No todos le han oído claramente. A la derecha, como yo, unos atareados sirvientes siguen su propio ballet. Lo dicho: Asunto de fe.
n Manuel Jular
domingo, 16 de marzo de 2008
Vuelven los papones y las...¿paponas?
–¡Tema vidrioso!, me dijo Pedro, cuando le expuse que quería escribir sobre la santa semana leonina, sus incongruencias y sus incomodidades. –¡Mejor salir de naja como otros años!, dijo T.
Hasta el bocazas de MJ puso una cara muy rara: –¿Qué vas a decir, que la liberación de la mujer no consiste en hacerse guardia, militar, papona o como se diga? –No, yo pensaba que... –¿Vas a decirles a tus conciudadanos, que están enamorados de sus supuestas tradiciones, que lo que festejan y recuerdan, viene de la capa y linchamiento de judíos, siglos atrás?
Bueno, algo han mejorado. Ahora los judíos se dejan bautizar con limonada y... –¡Bobadas! ¿Y qué me dices de todas esas pedorretas acornetadas de las bandas? ¿Vas a decirles que no hacen sino imitar malamente lo peor de las procesiones sureñas, el bailongo de los pasos y la música ramplona y estridente que ejecutan? ¡Ejecutan! Y pensé que era la palabreja justa. Al menos en otros sitios a las turbas las llaman turbas.
Entonces Pedro Fierro interrumpió a su amigote y atacó con fiereza: –Todo está en proceso de refundación. Dentro de unos años cada tribu tendrá sus procesionantes con sus pasos. Y los pasos... Cada vez hay más y cada vez son peores. –Bueno, dije yo, alguno hay que... –Media docena (terció MJ críticamente tenso). Creo que los pasos de calidad artística comprobada no llegan a la media docena...
Menos mal, pensé yo, porque si, devociones aparte, los pasos fuesen buenos, las bandas sonasen bien, etc., etc. León se llenaría de guiris y demás bichos hasta la bandera. O sea, que Quindós, Jaular y otros amigos hosteleros tendrían que habilitar tiendas de campaña en Papalaguinda, La Condesa y demás jardines de Don Paco Raquetas. Lo cual que... Limpiezas aparte.
–¡Tema vidrioso!, me dijo Pedro, cuando le expuse que quería escribir sobre la santa semana leonina, sus incongruencias y sus incomodidades. –¡Mejor salir de naja como otros años!, dijo T.
Hasta el bocazas de MJ puso una cara muy rara: –¿Qué vas a decir, que la liberación de la mujer no consiste en hacerse guardia, militar, papona o como se diga? –No, yo pensaba que... –¿Vas a decirles a tus conciudadanos, que están enamorados de sus supuestas tradiciones, que lo que festejan y recuerdan, viene de la capa y linchamiento de judíos, siglos atrás?
Bueno, algo han mejorado. Ahora los judíos se dejan bautizar con limonada y... –¡Bobadas! ¿Y qué me dices de todas esas pedorretas acornetadas de las bandas? ¿Vas a decirles que no hacen sino imitar malamente lo peor de las procesiones sureñas, el bailongo de los pasos y la música ramplona y estridente que ejecutan? ¡Ejecutan! Y pensé que era la palabreja justa. Al menos en otros sitios a las turbas las llaman turbas.
Entonces Pedro Fierro interrumpió a su amigote y atacó con fiereza: –Todo está en proceso de refundación. Dentro de unos años cada tribu tendrá sus procesionantes con sus pasos. Y los pasos... Cada vez hay más y cada vez son peores. –Bueno, dije yo, alguno hay que... –Media docena (terció MJ críticamente tenso). Creo que los pasos de calidad artística comprobada no llegan a la media docena...
Menos mal, pensé yo, porque si, devociones aparte, los pasos fuesen buenos, las bandas sonasen bien, etc., etc. León se llenaría de guiris y demás bichos hasta la bandera. O sea, que Quindós, Jaular y otros amigos hosteleros tendrían que habilitar tiendas de campaña en Papalaguinda, La Condesa y demás jardines de Don Paco Raquetas. Lo cual que... Limpiezas aparte.
jueves, 13 de marzo de 2008
La Gioconda
En el Real de Madríz...
Bueno, pues ponían una opera, que llaman La Gioconda, que yo creía qu’era de Leopardo Vinci, pero que resulta qu’el responsable es un tal Amilcar Ponchielli (lo he copiao del pograma). No veáis que lujo. Entremos en el teatro a las seis de la tarde, como en las corridas por San Isidro (el santo más vago del mundo) y salimos...
¡Toma música!. Allí cantaban y cantaban tol rato, no como en las zarzuelas y lo hacían en “italianini”. No todos, porque uno, un tal Orencio (Enzo, dice el pograma) lo cantaba todo narigueras, como cantaban la misa en Santasmartas. Y a otro, Alvise, que iba de rojo como el diablo, le sonaba a su “llingua” madre (que a saber de dónde era porque se llamaba Anastassov). Luego había otro, que cantaba muy fuerte, muy fuerte, y era muy, muy maluco. Que no me extraña que tuviera tan mala sangre, porque estaba pluriempleao. Le daba a la guitarra, le daba al mitin, le daba a la pesca, le daba al proxeneta. Y encima espiaba por cuenta de la brigada político-social (quiero decir la Inquisición). ¡Y vaya culebrón! Allí estaba Gioconda, que se llamaba rumana o Urmana y qu’estaba de muy buen ver (aunque un poco llenita), que había cogido manía a la otra, la Laura, (que era pequeña y con unas tetas...). Y tol rato no se sabía si quería matarla, o casarla con el Orencio... O si quería ella casarse con él, o matarse. Que al final sí, se mata. Pero eso es porque no quería dar su cuerpo serrano a Bernabé, el pluriempleao, que al final resulta ser el asesino de su madre La Ciega.
Que antes no he dicho nada de la Ciega, porque es otro lío. Porque la Ciega recita las letanías de la Virgen y los venecianos (que son unos tíos muy ruidosos, y muy paganos, y no quieren más que fiesta, pan y regatas), se creen que les está echando maleficios. “Getatura”, mal de ojo... ¡Pero si es ciega!. Bueno pues La Ciega, que tiene un rosario que da la buena suerte, coge y en vez de dárselo a su hija Giocondita, se lo da a la Laura. Y así pasa lo que pasa.
Y luego. En medio de todo el barullo salieron doce señoritas, (doce como las horas, que no creáis que no m’entero) que venían con unos camisonines de traspacolor y lo movían todo que daba gusto. hasta que a las doce mozas les entró el sueño. Y luego salieron otros dos, que debían ser chico y chica, que daban saltos y el personal les aplaudió mucho. Luego m’enteré de que el chico era nacido en Madríz, en Colmenar Viejo y claro en el teatro debía estar toda su familia. Total, que a pesar de tó, lo pasemos bomba con La Gioconda. Y que un día de estos voy a atreverme a ver una opera de ése que llaman Wagner, que creo que en los descansos dan salchichas.
Bueno, pues ponían una opera, que llaman La Gioconda, que yo creía qu’era de Leopardo Vinci, pero que resulta qu’el responsable es un tal Amilcar Ponchielli (lo he copiao del pograma). No veáis que lujo. Entremos en el teatro a las seis de la tarde, como en las corridas por San Isidro (el santo más vago del mundo) y salimos...
¡Toma música!. Allí cantaban y cantaban tol rato, no como en las zarzuelas y lo hacían en “italianini”. No todos, porque uno, un tal Orencio (Enzo, dice el pograma) lo cantaba todo narigueras, como cantaban la misa en Santasmartas. Y a otro, Alvise, que iba de rojo como el diablo, le sonaba a su “llingua” madre (que a saber de dónde era porque se llamaba Anastassov). Luego había otro, que cantaba muy fuerte, muy fuerte, y era muy, muy maluco. Que no me extraña que tuviera tan mala sangre, porque estaba pluriempleao. Le daba a la guitarra, le daba al mitin, le daba a la pesca, le daba al proxeneta. Y encima espiaba por cuenta de la brigada político-social (quiero decir la Inquisición). ¡Y vaya culebrón! Allí estaba Gioconda, que se llamaba rumana o Urmana y qu’estaba de muy buen ver (aunque un poco llenita), que había cogido manía a la otra, la Laura, (que era pequeña y con unas tetas...). Y tol rato no se sabía si quería matarla, o casarla con el Orencio... O si quería ella casarse con él, o matarse. Que al final sí, se mata. Pero eso es porque no quería dar su cuerpo serrano a Bernabé, el pluriempleao, que al final resulta ser el asesino de su madre La Ciega.
Que antes no he dicho nada de la Ciega, porque es otro lío. Porque la Ciega recita las letanías de la Virgen y los venecianos (que son unos tíos muy ruidosos, y muy paganos, y no quieren más que fiesta, pan y regatas), se creen que les está echando maleficios. “Getatura”, mal de ojo... ¡Pero si es ciega!. Bueno pues La Ciega, que tiene un rosario que da la buena suerte, coge y en vez de dárselo a su hija Giocondita, se lo da a la Laura. Y así pasa lo que pasa.
Y luego. En medio de todo el barullo salieron doce señoritas, (doce como las horas, que no creáis que no m’entero) que venían con unos camisonines de traspacolor y lo movían todo que daba gusto. hasta que a las doce mozas les entró el sueño. Y luego salieron otros dos, que debían ser chico y chica, que daban saltos y el personal les aplaudió mucho. Luego m’enteré de que el chico era nacido en Madríz, en Colmenar Viejo y claro en el teatro debía estar toda su familia. Total, que a pesar de tó, lo pasemos bomba con La Gioconda. Y que un día de estos voy a atreverme a ver una opera de ése que llaman Wagner, que creo que en los descansos dan salchichas.
Paco Sopas Dajo
corresponsal jubilado y ganadero
martes, 11 de marzo de 2008
PERDIMOS, PERDIMOS, PERDIMOS OTRA VEZ
Estábamos los cuatro en Madrid. Capital de la mierda, la llama Pedro desde que la ciudad se debate entre el enladrillado faraón Gallardón y el reinado de la Sultana Aguirre, aristócratas solares ambos.
–Supongo que les llamas solares, por su afición al suelo, dijo Manuel, siempre propenso al chiste fácil.
–Son solares, porque como el sol, han acostumbrado a los madrileños a su presencia... imponente. El amigo Fierro V. masculló esta sentencia mientras miraba, con una cierta alarma, una fila de monjas que entraban en el colegio electoral.
–Se concentra el voto útil ¡funéreo presaggio!, rió Jular. Y Pedro: –¡Mi fa paura! A estos dos, el italiano les viene de su pasión por la ópera.
Y la ópera, además del empadronamiento en Madrid de los dos “mozos”, nos había sacado de León el electoral fin de semana. El Teatro Real “despedía” por la tarde a la soprano Violeta Urmana que ha estado cantando las ocho o diez funciones de La Gioconda de Ponchielli y allí íbamos a estar.
Toe abandonó su silencio para sugerir, que tras el cívico cumplimiento y antes de la devoción musical, hiciéramos un po de feste e pane y nos fuimos a Casa Paco a echarnos algunos colesteroles al cuerpo. El tapeo se alargó entre la charla musical y el (inevitable) sainete político. En los últimos días habíamos palpado el miedo en los dos grandes partidos enfrentados.
Pedro: –¡Madriz, qué bien resistes...!
Manuel: –¡Sí, a...Zapatero!
P.: –Bada, la cieca ha il mal ochio.
T.: –El voto del miedo es bipartidista.
Marta: –¡Bipartidista es la ley electoral!
Los cuatro: –Taverniere, ¡ Un altra botiglia!...
Las chicas les dejamos solos para darnos unos retoques. El Real, en domingo, no es tan empingorotado como otros días. La función empieza a las seis de la tarde como si fuese un espectáculo taurino y la luz diurna y goyesca es poco proclive a la etiqueta. Los mozos se quedaron, no se si paseando, o adquiriendo ácido úrico. Volvimos a estar los cuatro juntos en el segundo entreacto de La Gioconda. La música se imponía sobre cualquier comentario, con excepción de lo buenos que están los “canapiés” y el cava en los múltiples ambigús del teatro. El nivel de la representación estaba siendo alto, muy alto en el caso de la soprano rumana. Bueno el director. Interesante la puesta en escena...
La obra de Ponchielli es una rara avis, que parece un tanto arcaica si se piensa que, cuando se compuso, Verdi ya había estrenado Aida, y Wagner, El Oro del Rhin y La Valquiria. Pero es muy emocionante y un tanto gótica. Algun día tendré que escribir sobre ella. La ópera terminó tan bella y cruel, como siempre, y salimos a la noche madrileña buscando un sitio cómodo –que no pienso desvelar– desde donde seguir la debacle electoral. Como siempre, ya habían ganado los dos partidos (de los cojones, dijo Manuel desde sus convicciones profundas). Como casi siempre Madriz había vuelto a votar, humillado y vencido, a las cementeras del PP.
Como casi siempre los catalanes de pro y algunos pocos vascos habían decidido las elecciones (Con la ley D’Hont no se puede, dijo tozudo y un tanto zorrocotroco Pedro Fierro Viejo). Como siempre, todos se daban por ganadores, incluída una tránsfuga del partido ganador.
Sólo habían perdido unos republicanos catalanes fagocitados por el PSOE-PSC, con quien habían compartido legislatura. ¡Manda huevos!
Y como siempre, o casi siempre (amigo Gaspi, compañero Guillermo Murias), habíamos perdido nosotros, los de siempre. Manolo Jular, que se jacta de no haber ganado, jamás, una elección desde las “luchas” en el colegio San José donde estudió, sentenció: –¡In questi fieri momenti hay que olvidar La Gioconda y volver al país real, "Les Luthiers"! y cantó “ostentóreamente”, acompañado por los presentes:
-¡Perdiiimos, perdiiimos, perdiiimos ooootra veeez...!
–Supongo que les llamas solares, por su afición al suelo, dijo Manuel, siempre propenso al chiste fácil.
–Son solares, porque como el sol, han acostumbrado a los madrileños a su presencia... imponente. El amigo Fierro V. masculló esta sentencia mientras miraba, con una cierta alarma, una fila de monjas que entraban en el colegio electoral.
–Se concentra el voto útil ¡funéreo presaggio!, rió Jular. Y Pedro: –¡Mi fa paura! A estos dos, el italiano les viene de su pasión por la ópera.
Y la ópera, además del empadronamiento en Madrid de los dos “mozos”, nos había sacado de León el electoral fin de semana. El Teatro Real “despedía” por la tarde a la soprano Violeta Urmana que ha estado cantando las ocho o diez funciones de La Gioconda de Ponchielli y allí íbamos a estar.
Toe abandonó su silencio para sugerir, que tras el cívico cumplimiento y antes de la devoción musical, hiciéramos un po de feste e pane y nos fuimos a Casa Paco a echarnos algunos colesteroles al cuerpo. El tapeo se alargó entre la charla musical y el (inevitable) sainete político. En los últimos días habíamos palpado el miedo en los dos grandes partidos enfrentados.
Pedro: –¡Madriz, qué bien resistes...!
Manuel: –¡Sí, a...Zapatero!
P.: –Bada, la cieca ha il mal ochio.
T.: –El voto del miedo es bipartidista.
Marta: –¡Bipartidista es la ley electoral!
Los cuatro: –Taverniere, ¡ Un altra botiglia!...
Las chicas les dejamos solos para darnos unos retoques. El Real, en domingo, no es tan empingorotado como otros días. La función empieza a las seis de la tarde como si fuese un espectáculo taurino y la luz diurna y goyesca es poco proclive a la etiqueta. Los mozos se quedaron, no se si paseando, o adquiriendo ácido úrico. Volvimos a estar los cuatro juntos en el segundo entreacto de La Gioconda. La música se imponía sobre cualquier comentario, con excepción de lo buenos que están los “canapiés” y el cava en los múltiples ambigús del teatro. El nivel de la representación estaba siendo alto, muy alto en el caso de la soprano rumana. Bueno el director. Interesante la puesta en escena...
La obra de Ponchielli es una rara avis, que parece un tanto arcaica si se piensa que, cuando se compuso, Verdi ya había estrenado Aida, y Wagner, El Oro del Rhin y La Valquiria. Pero es muy emocionante y un tanto gótica. Algun día tendré que escribir sobre ella. La ópera terminó tan bella y cruel, como siempre, y salimos a la noche madrileña buscando un sitio cómodo –que no pienso desvelar– desde donde seguir la debacle electoral. Como siempre, ya habían ganado los dos partidos (de los cojones, dijo Manuel desde sus convicciones profundas). Como casi siempre Madriz había vuelto a votar, humillado y vencido, a las cementeras del PP.
Como casi siempre los catalanes de pro y algunos pocos vascos habían decidido las elecciones (Con la ley D’Hont no se puede, dijo tozudo y un tanto zorrocotroco Pedro Fierro Viejo). Como siempre, todos se daban por ganadores, incluída una tránsfuga del partido ganador.
Sólo habían perdido unos republicanos catalanes fagocitados por el PSOE-PSC, con quien habían compartido legislatura. ¡Manda huevos!
Y como siempre, o casi siempre (amigo Gaspi, compañero Guillermo Murias), habíamos perdido nosotros, los de siempre. Manolo Jular, que se jacta de no haber ganado, jamás, una elección desde las “luchas” en el colegio San José donde estudió, sentenció: –¡In questi fieri momenti hay que olvidar La Gioconda y volver al país real, "Les Luthiers"! y cantó “ostentóreamente”, acompañado por los presentes:
-¡Perdiiimos, perdiiimos, perdiiimos ooootra veeez...!
Yo, Marta Delgado, doy fe.
miércoles, 5 de marzo de 2008
Ya queda menos para el domingo
Después del mitin de León, y de los charcos de ambos contendientes en el segundo debate, que en el caso del señor Rajoy fueron la ciénaga iraquí y cosas peores, parecen haberse clarificado algo las perspectivas. La reaparición del "Amigo de Bush", acompañado del inenarrable Acebes, podrá haber reforzado el ala derechona del PP, pero (seguramente) ha despertado los recelos y la reticencia a votar de mucho indeciso de "izquierdas". Si nos fiamos de las encuestas (que no nos fiamos) y de los análisis de los reporteros (que tampoco), nuestro Papes nacional ganará las elecciones y tendremos otros cuatro años de "socialismo". Bien.
Bien... si garantizar el triunfo del PSE no supone la desaparición de IU. Esta coalición no sólo padece la marginación inexorable a que la someten los intereses económicos del capital contra el que lucha (en rojo y verde). Además, está lastrada por una ley electoral a todas luces injusta, que ni los dos grandes partidos, ni los nacionalistas (a los que favorece la concentración de sus votos en pocas provincias) parecen querer arreglar. Hagan cuentas. De vergüenza. P. F. V.
Bien... si garantizar el triunfo del PSE no supone la desaparición de IU. Esta coalición no sólo padece la marginación inexorable a que la someten los intereses económicos del capital contra el que lucha (en rojo y verde). Además, está lastrada por una ley electoral a todas luces injusta, que ni los dos grandes partidos, ni los nacionalistas (a los que favorece la concentración de sus votos en pocas provincias) parecen querer arreglar. Hagan cuentas. De vergüenza. P. F. V.
lunes, 3 de marzo de 2008
El cartero siempre llama dos veces
A León vino Rayuá, ¿E purcuá pá?
Mitin en el Arena. Mas… ¡oh sorpresa! ¡Si están Ana Botella y el Acebes!... Y ¿quién es ese semiembigotado mozo del jersey rosa? ¡Jose Mari! ¡Es Jose Mari, el amigo de Bush in person!: "Yo me fío de Mariano Rajoy. A lo mejor hay españoles que no se entusiasman con el PP, o con Mariano Rajoy, o piensan 'usted tiene el bigote torcido', pero Mariano Rajoy sabe interpretar las cosas mejor". "Éste es el acto político más bonito al que he asistido nunca. Gracias a todos. Gracias, José María Aznar. Cinco veces me has nombrado ministro, una vicepresidente del Gobierno. Hoy estás aquí. Has dicho palabras bonitas y muy sentidas. En mi memoria, en mi cabeza y mi corazón estarás siempre", ha dicho Rajoy y antes (levantando el brazo de Aznar como el de un boxeador tras ganar una pelea): "Os voy a decir cómo estoy. Muy bien, en forma, muy feliz, con muchas ganas, con mucho coraje y absolutamente convencido de que vamos a ganar las elecciones". Y nada de insultos (o sea, a la remanguillé): “Zapatero huye de la moderación, del equilibrio, de la razón y va desesperado y como un poseso a pedir el voto de los radicales" y “está en la inopia y en babia". Miente. Zapatero está en Zaragoza, con la Pilarica, que es socialista... En fin: “¡Semana infeliz, pierde el Barcelona y gana el Madriz”. ¡Caca!
Así las cosas, la terrorista ETA ha remitido un comunicado a los diarios habituales, en el que pide la abstención en las próximas elecciones generales. Bien, esto nos obliga definitivamente a votar. Me voy a Madrid, capital de mierda, votaré a Llamazares y luego me pincharé un bocata de ibérico –todavía hay clases– en el Teatro Real durante un intermedio de La Gioconda.
Estamos en León, ¿tierra de Zapatero?, donde el resultado electoral anduvo ajustado hace cuatro años. Como dice V. A. Pérez, la hospitalidad de León, ciudad en la que nadie es gallego ni castellano, sino paisano, puede con todo. Por aquí MR se pasea como por su casa, pues ésta es la ciudad de su primer cigarro (o incluso de su primer puro). Y de los llioneses, o lleouneses, que se citaban a través de Internet para “engüevallo” (paisana y medievalmente), nada se supo. Mejor. Menos disgustos para la niña de Mariano, que ha pasado ya de votar al PSOE, para votar a Llamazares y a Guillermo Murias.
León es el lugar elegido por Mariano (cuidado con la mano), para celebrar su día de reflexión previo al segundo debate. «El debate que influirá a través de los indecisos» ha dicho la ingenua y picarilla Olga Viza, moderadora del cara a cara del lunes, mientras asegura que no resultará «inocuo» (inicuo, diría yo) para el espectador.
Meeting en la plaza de Toros. Esperábamos a Mariano “apollando”, o empollando y apoyado por el vaporoso fantasma Cándido y especímenes similares. ¿Dónde sentar al ínclito y apuñalado Javier G. P.? ¿Dónde colocar a Don Mario A.? ¡Por la niña de Rajoy! Llenar la plaza de toros de León supone conseguir que 10.000 personas, diez mil, acudan al León Arena, donde MR ha preparado la crispación de la recta final de la campaña –comportamiento propio de «imbéciles», Felipe dixit– para presentarse como la salvación. El líder del PP no “insultará” a nadie, «aunque a lo mejor alguna le cae a alguno -advirtió-, pero será de remanguillé». «El programa del PSOE soy yo: un modesto hombre de provincias, todos los días masacrado inmisericordemente. No paran». ¡Pobriño! ¡Oh, Zaplana, uf, Acebes, uuh, Aguirre, ah, Mariano! (cuidado con la mano).Mitin en el Arena. Mas… ¡oh sorpresa! ¡Si están Ana Botella y el Acebes!... Y ¿quién es ese semiembigotado mozo del jersey rosa? ¡Jose Mari! ¡Es Jose Mari, el amigo de Bush in person!: "Yo me fío de Mariano Rajoy. A lo mejor hay españoles que no se entusiasman con el PP, o con Mariano Rajoy, o piensan 'usted tiene el bigote torcido', pero Mariano Rajoy sabe interpretar las cosas mejor". "Éste es el acto político más bonito al que he asistido nunca. Gracias a todos. Gracias, José María Aznar. Cinco veces me has nombrado ministro, una vicepresidente del Gobierno. Hoy estás aquí. Has dicho palabras bonitas y muy sentidas. En mi memoria, en mi cabeza y mi corazón estarás siempre", ha dicho Rajoy y antes (levantando el brazo de Aznar como el de un boxeador tras ganar una pelea): "Os voy a decir cómo estoy. Muy bien, en forma, muy feliz, con muchas ganas, con mucho coraje y absolutamente convencido de que vamos a ganar las elecciones". Y nada de insultos (o sea, a la remanguillé): “Zapatero huye de la moderación, del equilibrio, de la razón y va desesperado y como un poseso a pedir el voto de los radicales" y “está en la inopia y en babia". Miente. Zapatero está en Zaragoza, con la Pilarica, que es socialista... En fin: “¡Semana infeliz, pierde el Barcelona y gana el Madriz”. ¡Caca!
Así las cosas, la terrorista ETA ha remitido un comunicado a los diarios habituales, en el que pide la abstención en las próximas elecciones generales. Bien, esto nos obliga definitivamente a votar. Me voy a Madrid, capital de mierda, votaré a Llamazares y luego me pincharé un bocata de ibérico –todavía hay clases– en el Teatro Real durante un intermedio de La Gioconda.
Pedro Fierro Viejo
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